sábado, 15 de noviembre de 2008

La ecografía


Ahí que estuve con el doctor. En un cara a cara. Sólo eso ya fue un triunfo. Estaba solo. Me costó dejar a mi madre en casa. Ella quería venir conmigo para explicarle al doctor lo que me pasaba. Ella siempre quiere venir. Yo creo que mi madre piensa que tengo un gen de la mudez, que me impide hablar y expresarme. Cuando alguna vez he ido con mi madre al médico recientemente porque ella me haya acompañado, y el doctor me ha preguntado algo tan normal como ¿qué te pasa?, entonces ella ha tomado la palabra y.."pues verá doctor, que tiene como unas náuseas....". Te juro que en esas situaciones no sé dónde meterme. Estoy entre mirar a mi madre, así a los ojos, con el doctor delante, y decirle...mamá, ¿para qué me has dado unos estudios? O dejarme llevar, que es lo que acabo haciendo, y mirar al doctor como diciendo...no es mi culpa doctor,le juro doctor que yo tengo un chorro de voz que ni Plácido Domingo, pero son las circunstancias doctor...Alguna vez, cuando mi madre me ha acompañado al médico, he pensado en llevar una bolsa del mediamarkt, de esas que ponen "yo no soy tonto", para que a mi doctor le llegue un mensaje de esos subliminales, y al menos no piense que estoy de acuerdo con esta situación.

En cualquier caso, ahí estaba yo el jueves con mi médico, como decía, cara a cara. Me dice que me descubra y que le muestre el glúteo, lo que en castellano es hacer un calvo, y después de mirarme y palpar va y me dice que no aprecia nada. Pero ahí yo llevaba las consignas de mi madre: que me hiciera más pruebas. Un escáner o un TAC. Como veía que no me iba a mandar nada, ya le dije yo, mire doctor, que ha dicho mi ma...pero reculé. Casi caigo por la costumbre, pero no lo hice. En su lugar le comenté que me había dolido mucho y que a ver si me mandaba algo más para ver por qué me dolia. Y va y me manda una resonancia magnética. Y yo tan contento. No porque yo sepa de resonancias, sino porque mi madre habría visto que había conseguido salir de la consulta con mi prueba, y que puedo hablar yo solo. Y cuando le pregunto que para qué vale la resonancia, por culturilla general, el doctor se echa para atrás y en su lugar me manda una ecografía. Luego me enteré por mi amigo Fer (alias el mediquito), que de lo que se trata es que es más barata la ecografía. Manda webs. Pero yo ahí no lo sabia, y como la lorza (alias el michelín) la tengo muy interiorizada, pensé: ya está, que me quiere ver qué tengo ahí, una ecografía para ver si viene niño o niña. En ese sentido no me pareció mal del todo, yo también siempre he querido saber qué tengo ahí. Saber por qué, por más ejercicio que haga, nunca me quito la lorza. Pero para entonces el doctor ya me había sacado de mi error, y me había dicho que con la ecografía se va a ver si hay algo más en el coxis, y que si no se ve claro ya me hacen la resonancia.

Te juro que este mundo de médicos a veces se me escapa....

martes, 11 de noviembre de 2008

Crisis


Últimamente no gano para disgustos. Todo son malas noticias. Ahora que da la impresión de que esta crisis se nos va de las manos y de que no nos vamos a hacer ricos trabajando, va y se me junta con mi crisis de los 34 años, y caigo en la cuenta de que hasta ahora había vivido en un mundo de color y fantasía (no hablo sólo de la semana del orgullo). Momentos duros ya había tenido, claro. Y además de forma periódica. ¿Quién no? La vida son círculos, como una pescadilla que se muerde la cola: el amor, el desamor, el sexo y su sustituto en forma de amor propio. Este último está bien, de hecho llevo 34 años queriéndome mucho, pero no es lo mismo... Y esas cajas. Esas cajas para recordarte que Banner y Flappy tenían más sexo que tú. Odio tirar las cajas. Siempre me he preguntado por qué no hacen los preservativos con más fecha de caducidad. Aunque sólo sea por misericordia. No lo entiendo. Dicen qué los gays somos muy promiscuos. Esto me recuerda al libro "quién se ha llevado mi queso", que seguro que leyeron todos los yuppies de Wall Street que nos metieron en esta maldita crisis. Pero yo voy a lo que me atañe...y en este sentido me pregunto yo en relación a las cajitas... ¿quién se ha estado llevando mi trozo del pastel? ¿A quién no le caduca ni una caja? Pero si únicamente fuera el sexo... Pero no. Es que además la realeza no me quiere. Esa amiga a la que yo ya veía como a una igual, a la que creía una auténtica tocaya, a la que...en definitiva, miraba ya de "reina" a Reina, va y no me quiere. Dime Sofía, ¿por qué te pronuncias ahora, justo en mitad de esta crisis por la que estoy pasando?
Y lo último en llegar, y que constituye la cuadratura del círculo de esta crisis. De esta tormenta perfecta que se me ha formado. La putada que me está pasando y que da sentido a este blog, porque hace que las entradas acaben teniendo relación entre sí (véase entrada "mes y medio en blanco"), y que me hace ver que todo es susceptible de empeorar... Esa putada se llama fístula. Te digo una cosa: nunca, jamás, des por vencida a una fístula. Creo que la muy hija de puta ha vuelto. El jueves voy al hospital. A ver qué me dicen.