domingo, 2 de agosto de 2009

Si una bala...

Acabo de regresar de Toulouse, dos semanas aprendiendo francés. Me han pasado muchas cosas, he conocido a gente estupenda, de la que he aprendido un montón. Regreso, como se dice, con las pilas cargadas. Necesitaba estas vacaciones, porque hacía muchísimo que no salía de Madrid. Contaría muchas cosas del viaje, pero hoy una noticia me ha dejado de bajón. Un encapuchado entra en un centro para gays de Tel Aviv, abre fuego y mata a 2 chicos y hiere a 15. Casi todos menores. Qué ironía, siempre le digo a Ignacio que quiero ir al grupo de Cogam para ver cómo es eso de las charlas para gays. Al grupo de treintañeros, porque para el de jóvenes ya me quedé sin ticket. Soy un cotilla natural, y quiero ver qué se cuece y qué ambientillo hay. Y por eso, mi mente vuela. Y me imagino a esos chicos jóvenes israelíes, cagados de miedo algunos, con familias quizá incluso de israelíes ortodoxos, o alegres y liberados, enamorados incluso de un chico del grupo de apoyo que se reunía. Alguno se sentiría muy bien explicando lo que le pasaba por dentro, liberándose. Alguno iría para ligarse a alguien. O para hacer amigos. Igual hasta había otro cotilla que sólo quería ver qué se cocía allí. Igual que en Madrid. Igual que en todas partes. Porque si algo aprendes de la gente cuando sales por ahí, ya sea a Toulouse o de Villaverde Bajo a Villaverde Alto, es que la gente al final es igual en todas partes. Simplemente quiere ser feliz. Y lo intenta. Y a veces hasta se consigue, aunque sólo sea por unos instantes. Descansen en paz estos chicos. "Si una bala atraviesa mi cerebro, dejad que esa bala destruya las puertas de todos los armarios" (Harvey Milk)

1 comentario:

El llanero solitario dijo...

Abrúmanos por favor con todas tus historias de Francia por favor que el verano es muy largo sin cotilleos.
Me alegro que la experiencia haya resultado y que la terrible crueldad de la intolerancia no amargue tus ya recien cumplidos taitantos. Besos y nos vemos