domingo, 7 de septiembre de 2008

¿Dónde se ponen estas flores?


Parece que estamos a vueltas con que la gente pueda llevar flores a sus seres queridos (padres, abuelos, etc). Dicen que no hay nada más terrible que no saber dónde se encuentran aquellos que un día se fueron de tu vida para no volver. Porque cuando eso pasa no se puede hacer el debido duelo para superar la pérdida, porque la incertidumbre de dónde estará, aunque tengas la certeza de que no respira, es demasiado turbadora.
Después de 70 años de tanta ignominia, algunos no se quieren morir sin saber dónde están sus seres queridos. Garzón ha admitido a trámite algunas demandas para saber dónde están aquellos a los que la barbarie quitó sus vidas, sus sueños, y su futuro.
Y a Rajoy lo mejor que se le ocurre decir es que así se reabren las heridas. Y yo que pensaba que para que una herida se reabra primero tiene que haberse cerrado, pero parece ser que no. Que saber dónde puedes llevar unas flores a aquellos a los que querías, y que a partir de un maldito día sólo pudiste volviste a ver, a escuchar, y a besar mientras dormías no es de justicia. A este señor le diría que para ser un buen político lo primero que hay que tener es un corazón bajo el pecho.

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